Dengue

 

Dengue: El Fantasma de la Fiebre y el Espectro de la Hemorragia

Por Gustavo Smilasky: con la mirada que distingue un simple dolor muscular de una alarma silenciosa

 

Introducción: Un enemigo común que no es una simple queja

Estimados colegas jóvenes, guardianes de la salud en una geografía cambiante:

 

Cuando un paciente llega a la guardia con fiebre, dolor muscular, cefalea y un aspecto de "cansancio extremo", nuestra mente se llena de diagnósticos diferenciales. Pero en nuestra región, un nombre debe resonar con fuerza: el dengue. Ya no es una enfermedad exótica; es un problema de nuestra puerta, de nuestros barrios. Casos como los que han aparecido nos recuerdan que este virus ha conquistado nuevos territorios y que no podemos darnos el lujo de ignorarlo.

 

La gran trampa del dengue es que se disfraza de una enfermedad viral común. Y el riesgo está en la evolución: un cuadro que empieza como una gripe inofensiva puede, en cuestión de horas, convertirse en una emergencia con riesgo de muerte.

 

En este informe, vamos a desentrañar el dengue para que, cuando lo vean, no lo confundan. Hablaremos del mosquito, del virus, de las fases clínicas que nos dan las pistas y, sobre todo, de esas señales de alarma que nos dicen que es hora de actuar, no de observar.

 

Un mosquito Aedes y representaciones 3D de varios virus que esta especie puede transmitir. Crédito: NIAID/desde Flickr del NIAID

El Enemigo y Su Ejército – El Virus y el Mosquito

Para entender el dengue, hay que conocer a sus dos protagonistas:

 

El Virus: El dengue no es un solo virus, sino una familia de cuatro serotipos (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4). La infección por uno de ellos confiere inmunidad de por vida solo contra ese serotipo, pero la inmunidad contra los demás es solo parcial y transitoria. Y aquí está el gran dilema: la primera infección es generalmente leve, pero la segunda infección por un serotipo diferente aumenta significativamente el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue grave o el dengue hemorrágico.

 

El Mosquito: El vector es el famoso Aedes aegypti, un mosquito de hábitos urbanos y diurnos que se cría en recipientes con agua estancada. Es un "mosquito casero" que vive en nuestras casas y jardines. No se transmite de persona a persona, sino que el mosquito pica a una persona infectada y luego a otra, propagando así la enfermedad.

 

¡Ojo, el detalle es clave! El Aedes aegypti pica en los tobillos y piernas, siempre abajo, durante el día, especialmente al amanecer y al atardecer. No es el mosquito que revolotea de noche. Ese es el Culex, que no transmite el dengue, pero sí otras enfermedades como la fiebre del Nilo.

 

El Nuevo Invasor: Y un nuevo y más agresivo protagonista ha entrado en escena: el Aedes albopictus, que también transmite el dengue y es mucho más adaptable. Este mosquito, también diurno, es capaz de prosperar en una variedad más amplia de entornos, lo que aumenta su potencial de diseminación.

 

El Mapa Clínico del Dengue – Las Tres Fases de la Enfermedad

La clave para el diagnóstico no es la fiebre, sino la cronología. El dengue tiene tres fases clínicas muy bien definidas, y la atención del médico debe cambiar en cada una de ellas.

 




Síntomas en el hombre - Basado en el archivo: Symptoms_man.svg



Fase Febril (Días 1-5): El Disfraz de la Gripe

 

Clínica: El paciente presenta fiebre alta, repentina, que a menudo se acompaña de dolores musculares intensos (por eso se le llama "fiebre rompehuesos"), dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos (retroocular) y un sarpullido (exantema). En esta fase, el virus está en su pico de actividad en la sangre.

 

Una erupción típica como la que se observa en la fiebre del dengue. Ejército de los Estados Unidos. Dominio público

Laboratorio: El hemograma puede mostrar una leucopenia (disminución de glóbulos blancos).

 

El Diagnóstico: En esta fase, la detección del antígeno NS1 en sangre es la herramienta de diagnóstico más útil, ya que se encuentra en la sangre durante los primeros 5 días de la enfermedad.

 

Prueba de antígeno NS1 del dengue positiva mientras que los anticuerpos (IgM e IgG) son negativos. Ajay Kumar Chaurasiya

Fase Crítica (Días 5-7): El Momento de la Verdad

 

Clínica: La fiebre baja o desaparece, y el paciente siente una falsa sensación de mejoría. ¡Colegas, no se confien! Esta es la fase más peligrosa. Es el momento en que el plasma puede empezar a "escaparse" de los vasos sanguíneos, provocando un shock. Es la fase de la hemoconcentración.

 

Señales de Alarma (Red Flags): El médico joven debe buscar estas señales con lupa, ya que un paciente con una de ellas debe ser considerado como un caso de dengue con signos de alarma y requiere una hospitalización inmediata y monitoreo estricto.

 

Dolor abdominal intenso y continuo.

 

Vómitos persistentes (más de 3 en 1 hora o 4-5 en 6 horas).

 

Acumulación de líquidos: derrame pleural, ascitis, edema.

 

Sangrado de mucosas: sangrado de nariz o encías.

 

Hepatomegalia: agrandamiento del hígado.

 

Letargia o irritabilidad.

 

Aumento del hematocrito con una caída rápida del recuento de plaquetas.

 

El Laboratorio: El hemograma con seguimiento diario es la clave. Una caída brusca de las plaquetas o un aumento del hematocrito son signos de alarma.

 

Un diagrama que ilustra cuándo los diferentes tipos de pruebas se vuelven positivas en la fiebre del dengue.Dr. James Heilman

Fase de Recuperación (Días 7 en adelante): El Camino a la Cura

 

Clínica: La condición general del paciente mejora. Los signos vitales se estabilizan y el paciente empieza a recuperar el apetito y la fuerza.

 

Tratamiento y Prevención – El Arte de la Hidratación y la Alerta

Tratamiento: No existe un tratamiento específico para el dengue. El manejo es de sostén. La clave es la hidratación, ya sea por vía oral (para casos leves) o por vía intravenosa (para casos con signos de alarma). La hidratación corrige la hemoconcentración y previene el shock.

 

Medicamentos: El paciente debe usar paracetamol para la fiebre y el dolor. ¡El uso de aspirina, ibuprofeno u otros AINE está prohibido! por el riesgo de hemorragia.

 

Prevención: El verdadero "tratamiento" es la prevención. Se basa en eliminar los criaderos del mosquito, usar repelentes y ropa adecuada, y fumigar en casos de brotes.

La Vacuna: Un Escudo que Requiere una Mirada Clínica:

 

La llegada de la vacuna del dengue (Qdenga®, tetravalente) ha abierto una nueva era en la prevención. En Argentina, la vacuna está disponible y es un tema de debate.

 

¿Quién se vacuna? La vacuna está indicada para personas que hayan tenido una infección de dengue previa. En nuestro país, la recomendación es que se aplique a partir de los 4 años de edad, sin límite de edad superior. El esquema consta de dos dosis, con un intervalo de tres meses entre ellas.

 

El dilema: La vacuna del dengue no es como la del sarampión, que da una inmunidad de por vida. El dengue genera anticuerpos contra los cuatro serotipos, pero el nivel de protección varía. El debate está en si es efectivo en personas que no han tenido dengue, y si una primera infección post-vacunación podría ser más grave. La evidencia sugiere que lo ideal es vacunarse después de haber tenido una infección confirmada, ya que la vacuna actuaría como un refuerzo que amplía la protección contra los otros serotipos.

 


 

Conclusión: La Victoria del Diagnóstico a Tiempo

Colegas, el dengue nos desafía a ser mejores médicos. Nos exige ser detectives, a no caer en el diagnóstico fácil de "gripe", ya entender que el paciente con dengue puede estar más grave justo cuando su fiebre desaparece.

 

El arma más poderosa que tenemos contra el dengue no es un antibiótico, sino nuestro juicio clínico. Nuestra capacidad para reconocer las señales de alarma, para seguir al paciente y para dar un consejo claro es lo que salva vidas. No seamos víctimas del miedo, seamos guardianes de la alerta.

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