El Cisne Negro

 

El Cisne Negro en Medicina: Cuando lo Imposible Sucede

Una guía para médicos jóvenes, con la sabiduría de quien aprendió de la sorpresa

 

Por Gustavo Smilasky: con la humildad de quien sabe que la ciencia más avanzada a veces no tiene la respuesta)

 

Introducción: El Golpe del Ego y la Humildad del Desconocido

Estimados colegas jóvenes, guardianes de la vida en un universo de lo predecible y lo inesperado:

 

En nuestra profesión, nos entrenan para lidiar con lo que sabemos. Nos enseñan a reconocer patrones, a seguir protocolos, a predecir resultados. Pero la vida, esa maestra implacable, nos recuerda que hay eventos que escapan a toda lógica. Sucesos tan raros, tan inesperados, que desafían todo lo que creemos saber. A esos eventos, el escritor y filósofo libanés Nassim Taleb (Amiun 1960 -    ) los llamó "cisnes negros".

 

Nassim Taleb

Como médico, he vivido estos cisnes negros. He visto a un paciente de 16 años, con un síndrome febril que se parecía a un hantavirus, mejorar de repente, pedir bañarse, reírse, y morir sin responder a las maniobras de reanimación. He visto a un paciente internado, con el que ya tenía una relación de confianza, darme la mano y morir en ese instante. Esos golpes no son divertidos; son golpes tremendos a nuestro ego, a nuestra certeza.

 

Pero la lección más importante que aprendí de estos casos, y de muchos otros, es que la única forma de enfrentarlos es con humildad. La humildad de reconocer que, a veces, el diagnóstico más preciso no es suficiente y que la vida tiene sus propias reglas. Este informe es un manual para que no se sientan solos cuando el cisne negro aparezca en su práctica.

 


El Triplete del Cisne Negro: Lo Inesperado, lo Catastrófico y lo "Obvio"

Según Nassim Taleb, un cisne negro tiene tres componentes, y es crucial que los entendamos para poder reconocerlos:

 

Es atípico e inesperado: No hay nada en el pasado que nos pueda apuntar de forma convincente a su posibilidad. Hasta el siglo XVII, en Europa se creía que todos los cisnes eran blancos. El descubrimiento del cisne negro en Australia fue un evento que refutó una verdad que se daba por universal. En medicina, esto puede ser un evento adverso de un medicamento que nunca se había visto, o la aparición de una pandemia que no estaba en los libros de historia, como el COVID-19.

 

Tiene un impacto extremo: El evento causa un impacto severo en la salud y el bienestar de las personas. La muerte de un paciente de 16 años y la de otros pacientes, son los impactos que nos marcan.

 

A posteriori, lo explicamos: La naturaleza humana, en su afán por dar sentido al caos, se inventa explicaciones después del hecho. El oncólogo que le dice a sus colegas que la recidiva de un cáncer incurable "se veía venir" en una analítica, el cuñado que explica que la crisis económica "era obvia". Este es el fenómeno de la "falacia narrativa". Nos engañamos a nosotros mismos para creer que el evento era predecible, cuando no lo era.

 

La Humildad del Médico: El Único Antídoto

La medicina, en su búsqueda por la perfección, a menudo nos hace olvidar que somos humanos. Un caso como el del paciente de 16 años que mejora y muere, es un golpe a la lógica. La medicina nos enseña que la mejoría es una señal de curación, no de un evento inminente. Y cuando eso falla, nos sentimos perdidos.

 

¿Qué hacer?

 

Acepta el desconocido: Hay eventos que no podemos predecir. El paciente puede tener una evolución que desafía todo lo que sabemos. Y está bien.

 

Confía en tu formación, no en tu ego: Como el oncólogo que buscaba explicaciones en un PET-TC que nunca se hizo, la falacia narrativa nos lleva a buscar respuestas en estudios innecesarios para calmar nuestra propia ansiedad.

 

La ausencia de evidencia no es la evidencia de ausencia: No puedes decir que el paciente está curado solo porque no encuentras el tumor. Como dijo el científico Carl Sagan, esa es una falacia. El tumor, el virus, la enfermedad... a veces se agazapan, se esconden, y esperan el momento para asestar el golpe. Y eso no es un error de diagnóstico; es el riesgo intrínseco de la vida.

 

Conclusión: La Victoria no es la Predicción, sino el Acompañamiento

Colegas, el cisne negro en medicina nos recuerda que no somos adivinos. No podemos predecir lo impredecible. Pero sí podemos estar preparados para ello. ¿Cómo?

 

Cultiva una mentalidad flexible: No te apegues a una sola explicación. Mantén una mente abierta a la posibilidad de que lo que crees es la verdad, en realidad no lo es.

 

Sé un "médico estoico": Acepta que la vida está llena de eventos que no puedes controlar, pero que sí puedes controlar tu reacción ante ellos. El paciente que te da la mano y muere, es un golpe. Llorar con su padre abrazado es un acto de humanidad.

 

El futuro es la humildad: La medicina nos ha dado herramientas increíbles, pero la lección más importante que nos da el cisne negro es que la humildad, la empatía y la capacidad de acompañar al paciente en la incertidumbre, son las virtudes más poderosas que un médico puede tener.

 

El cisne negro en medicina es un recordatorio de que la medicina no es solo ciencia, es también un arte. Y el arte, como la vida, no siempre sigue las reglas.

 

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