Exantemas: El Arte del Detective Febril. Un Viaje al Resurgimiento de la Clínica
Por: Gustavo Smilasky: con la brújula que te enseña
a ver más allá de la piel
Introducción: El Exantema, Un Puzzle en la Piel
Estimados colegas
jóvenes, guardianes de la calma en la vorágine de la consulta:
Cuando un
paciente, especialmente un niño, llega con fiebre y una erupción en la piel, a
menudo la ansiedad de los padres (y a veces la nuestra) se dispara. Para
muchos, este es un desafío, una "piedra para tropezar". Pero, como
nos enseñó mi maestro, el Dr. Remo Bergoglio, la erupción no es una traba; es
la pista principal de un puzzle clínico.
En los años '80,
cuando el laboratorio no era tan rápido ni sofisticado, el "ojo clínico"
era nuestra mejor herramienta. Hoy, con la tecnología, a menudo nos olvidamos
de ese arte de la observación. Este informe es un viaje de regreso a ese arte.
Abordaremos el estudio de los exantemas febriles desde una perspectiva que
honra el razonamiento médico, invitándolos a reconstruir la historia clínica
con la misma pasión que un detective reconstruye un crimen.
La Semiótica de la Piel – El Abecedario del Exantema
Antes de correr a
un diagnóstico, es vital que hablemos el mismo idioma. El Dr. Bergoglio nos lo
dejó claro: hay que conocer la semiología, la anatomía y la fisiopatogenia.
Anatomía básica:
La piel tiene dos capas principales. La epidermis (la de arriba, sin vasos) y
la dermis (la de abajo, con vasos). Las lesiones que vemos son un reflejo de lo
que ocurre en esa dermis vascular, la verdadera zona de guerra.
Lesiones
elementales:
Mancha o mácula: Un simple cambio de color.
Pápula: Una
elevación pequeña y sólida.
Eritema: El
enrojecimiento de la piel que desaparece al presionar (vitropresión).
Púrpura: Manchas
causadas por hemorragias capilares que NO desaparecen con la vitropresión. ¡Una
alarma que no se debe ignorar!
Vesícula: Una
elevación con líquido transparente.
Pústula: Una
elevación con pus.
El Exantema:
Es un eritema generalizado que tiene dos formas clásicas que nos dan pistas:
Morbiliforme:
Pequeñas manchas separadas por espacios de piel sana (como el sarampión).
Escarlatiniforme:
Un enrojecimiento uniforme sin espacios de piel sana (como la escarlatina).
Enantema: Es la
erupción que aparece en las mucosas (boca, garganta).
La Metodología del Detective – De la Anamnesis al Diagnóstico
El Dr. Bergoglio
proponía un modelo de razonamiento en tres pasos, que sigue siendo oro puro
para la práctica clínica.
1. ¿Cómo se
integra el síndrome básico?
Aquí se trata de
ser un buen observador y un buen oyente. La erupción es el dato principal, pero
hay que contextualizarla con otros factores:
Erupción:
Describe la lesión elemental, la distribución (¿es centrípeta, centrífuga?), la
evolución (¿aparecen todos los elementos a la vez, o en brotes?).
Enantema: ¿Hay
lesiones en las mucosas?
Fiebre: ¿Cómo es
la curva febril? ¿Aparece antes o después de la erupción?
Otros datos:
Síntomas asociados (tos, dolor de garganta, dolores articulares, etc.).
Antecedentes:
¿Hubo contacto con un enfermo? ¿Se vacunó? ¿Tomó algún medicamento antes de la
erupción? (¡muy importante!)
2. ¿Cuál es su
mecanismo probable?
Con todos los
datos, podemos empezar a formular una hipótesis sobre el "porqué" de
la erupción:
Mecanismo
Infeccioso Vírico: Sospecha si la erupción es morbiliforme, hay síntomas
catarrales (tos, rinitis), y la fiebre y el exantema tienen una relación
cronológica particular (ej. sarampión).
Mecanismo
Infeccioso Bacteriano: Sospecha si la erupción es escarlatiniforme, hay una
infección concomitante (angina) y, crucialmente, la fiebre responde rápidamente
a los antibióticos (ej. escarlatina, erisipela).
Mecanismo No
Infeccioso: Sospecha si el exantema es variado, pruriginoso, descamativo y,
sobre todo, si hay un antecedente claro de ingestión de un medicamento o si la
erupción se repite.
3. ¿Cuál es el
diagnóstico etiológico?
Con todo lo
anterior, el médico puede atreverse a formular un diagnóstico presuntivo o
diferencial. Aquí, el juicio clínico del médico joven debe ser el filtro para
decidir si el diagnóstico es lo suficientemente seguro como para actuar sin
estudios o si se requiere un laboratorio para confirmarlo.
El Diccionario del Detective: Un Repaso de los Clásicos
Sarampión: El triple
catarro (rinitis, tos, conjuntivitis) precede al exantema. Y la famosa mancha
de Koplik en la mucosa yugal es un sello distintivo. ¡Ojo! La persistencia de
la fiebre después de la erupción nos debe hacer pensar en una complicación
bacteriana. La prevención con la vacuna triple viral es la clave.
Rubéola: El signo
cardinal es la adenopatía dolorosa retroauricular y occipital. La erupción es
más leve y fugaz que el sarampión. El gran riesgo es en la mujer embarazada,
donde puede causar malformaciones congénitas.
Varicela: El exantema es
polimorfo (máculas, pápulas, vesículas y costras conviven al mismo tiempo) y
centrípeto (más en tronco que en extremidades). El síntoma más molesto es el
prurito.
Escarlatina: El exantema es
escarlatiniforme (color rojo uniforme), con una sensación de "papel de
lija". El sello distintivo es la palidez peribucal y la lengua
aframbuesada. Es una enfermedad bacteriana (por Streptococcus pyogenes)
y el tratamiento con penicilina es crucial para prevenir la fiebre reumática.
Exantema Súbito: El diagnóstico
es una sorpresa. Aparece cuando la fiebre, alta y persistente durante 3 días,
cae de golpe. La erupción es morbiliforme, fugaz y no deja secuelas.
Eritema
Infeccioso: El exantema característico es en forma de "alas de
mariposa" en la cara, y luego en forma de encaje o circinado en
extremidades. Es, a menudo, una enfermedad afebril.
Otros exantemas: no todo exantema
es infeccioso o clásico. Se ven también en la sífilis, la mononucleosis (¡con
su famosa reacción dermatológica a la ampicilina!), el eritema nodoso, las
toxidermias medicamentosas y las hematodermias (neoplasias). Un médico debe
tener la mente abierta a todas estas posibilidades.
Conclusión: Del Manual al Arte de Curar
Colegas, el camino del buen médico es un camino de
preguntas, no de certezas. La clave está en escuchar el relato del paciente,
observar los detalles de la piel y no temer a la clínica. El laboratorio es un
buen compañero, pero la brújula, siempre, debe ser el razonamiento que se forja
en el arte de la semiología.
Este es un mapa
para su viaje. Úsenlo para ver más allá de la piel y encontrar la verdad que se
esconde detrás de cada erupción febril.
Preciosa publicación!!! Para recomendar. Muy claro e instructivo.
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