Hepatitis:
La Guerra Silenciosa de los Mil Rostros
Una guía para el
médico joven que busca la verdad detrás de un daño hepático.
Por Gustavo
Smilasky: con la serenidad de quien sabe que no todo daño es el mismo, ni todo
enemigo es igual
Introducción: El
Hígado, un Santuario bajo Amenaza
Estimados colegas
jóvenes, guardianes de la calma en la vorágine de la consulta:
El hígado, ese
órgano noble y silencioso, es el santuario de nuestro cuerpo. Se encarga de la
desintoxicación, la metabolización y la producción de proteínas. Pero a veces,
ese santuario se ve amenazado por un enemigo invisible: la hepatitis
infecciosa.
El problema es
que la hepatitis no es un solo enemigo. Es una guerra silenciosa con mil
rostros, con virus que se contagian por la comida, por la sangre, por las
relaciones sexuales y por el agua. Y cada uno de esos virus tiene su propia
historia, sus propias reglas de contagio y sus propias batallas.
En este informe,
desglosaremos la hepatitis infecciosa. No lo haremos como un manual de
anatomía, sino como una guía para que ustedes, como médicos jóvenes, se sientan
preparados para enfrentar a cada enemigo con la estrategia adecuada.
Los Guerreros que
Vienen de la Cocina y la Suciedad Hepatitis A y E
Estos son los
virus que se contagian por vía fecal-oral, a través de la comida o el agua
contaminada.
Hepatitis A: La hepatitis A es como un "invasor inocente". El virus es un Hepatovirus de la familia Picornavirus ARN lineal monocatenario. Su contagio es a
través de alimentos y agua contaminada y causa una hepatitis aguda que, en la
mayoría de los casos, es autolimitada y sin secuelas. La victoria se gana con
la prevención, a través de la higiene y la vacuna.
Imagen recortada de una micrografía electrónica del virus de la hepatitis A |
Hepatitis E: La hepatitis E es el fantasma de la hepatitis. Se trata de un Hepevirus RNA lineal. Su contagio es
similar al de la hepatitis A, pero su diagnóstico es más difícil y, en mujeres
embarazadas, puede ser mortal.
Los Guerreros que
Vienen de la Sangre y el Silencio Hepatitis B, C y D
Estos son los
virus más peligrosos. Se contagian a través de la sangre y los fluidos
corporales, ya menudo causan una infección crónica que, sin diagnóstico, puede
llevar a una cirrosis y un cáncer.
Hepatitis B: La hepatitis B es un virus con memoria. Es un Hepadnavirus con ADN circular de doble cadena. Puede causar una infección
aguda que se resuelve sola, pero en algunos casos se vuelve una infección
crónica que, sin diagnóstico, puede llevar a una cirrosis y un cáncer. La
victoria se gana con la prevención, a través de la vacuna, y con el diagnóstico
precoz.
Dibujo simplificado de la partícula del virus de la hepatitis B y del antígeno de superficie (excedente). Creado por GrahamColm. |
Hepatitis C: Por años, el virus
se esconde en el cuerpo sin dar síntomas, y cuando se diagnostica, a menudo es
demasiado tarde. Pero la medicina ha cambiado. Hoy, con los nuevos
tratamientos, la hepatitis C es una enfermedad curable. Es un Flavivirus ARN de cadena sencilla, grupo que comparte con Virus Dengue y Fiebre Amarilla.
Virus de la Hepatitis C |
Hepatitis D: La hepatitis D es un virus que no viaja solo. Es un Deltavirus ARN circular monocatenario con una nucleocápside que incorpora el antígeno de la hepatitis D (HDAg) y una envoltura formada por HBsAg. Necesita a la hepatitis B para replicarse. Un paciente con hepatitis B y D es un paciente de alto riesgo, con una alta probabilidad de desarrollar una enfermedad hepática fulminante.
El Desafío del
Diagnóstico y el Tratamiento
La clave para el
diagnóstico de la hepatitis no es solo un examen de sangre. Se necesita un
historial médico completo, un interrogatorio sobre los factores de riesgo y una
sospecha clínica que te permita ver más allá de lo obvio.
El Diagnóstico:
Se hace con un examen de sangre para la detección de anticuerpos y de
antígenos.
El Tratamiento:
El tratamiento de la hepatitis varía según el tipo de virus. En la hepatitis A
y E, el tratamiento es de sostén. En la hepatitis B, C y D, el tratamiento es
con antivirales.
El Fantasma de
Otros Enemigos: Cuando el Hígado es el Blanco de Otros Patógenos
La hepatitis no
es solo una enfermedad de virus. Hay otros enemigos que, si bien son menos
comunes, pueden causar una inflamación del hígado.
Epstein-Barr y
otros Virus Sistémicos: El virus de Epstein-Barr (VEB), el citomegalovirus
(CMV) y otros virus sistémicos pueden causar una hepatitis aguda, que es parte
de un cuadro clínico más amplio, con fiebre, fatiga y adenopatías. El diagnóstico
es serológico y el tratamiento es de sostén.
Fiebre Amarilla: La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda, de corta duración y de gravedad variable, transmitida por la picadura de mosquitos hematófagos infectados. El diagnóstico de la fiebre amarilla es clínico y, sobre todo, serológico. El tratamiento es de sostén, y la prevención es la única cura.
Microabscesos
Bacterianos: Los abscesos hepáticos bacterianos son infecciones que
se originan en el intestino o en el tracto biliar. La bacteria viaja al hígado
y causa una infección localizada. Los síntomas son fiebre, dolor abdominal y
hepatomegalia. El diagnóstico es con imágenes (ecografía o tomografía) y el
tratamiento es con antibióticos y, en algunos casos, con drenaje del absceso.
Infecciones
Parasitarias: El hígado también puede ser atacado por parásitos.
Hidatidosis: Es una
enfermedad parasitaria que se contagia a través de la ingestión de huevos de un
parásito que vive en el perro. El parásito forma quistes en el hígado y, sin
diagnóstico, puede causar una falla hepática. El tratamiento es con
medicamentos y, en algunos casos, con cirugía.
Amebiasis: Las amebas
pueden causar un absceso hepático que se presenta con fiebre, dolor abdominal y
hepatomegalia. El diagnóstico es con serología y el tratamiento es con
medicamentos antiparasitarios.
Conclusión: La
Victoria de la Prevención
Colegas, la
hepatitis es un recordatorio de que la medicina no es solo la batalla contra lo
que sabemos. Es también la vigilancia de lo que no. El médico joven que
entienda que la historia del paciente (¿hay viajes, hay factores de riesgo?) es
tan importante como el examen físico, será el que se atreva a pensar más allá
de los diagnósticos comunes ya encontrar un patógeno que se esconde en la
sombra.
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