El Laboratorio
como Brújula: Un Manual para el Médico Detective
Elige tus
análisis con la precisión de un cirujano y la humildad de un sabio.
Por Gustavo
Smilasky: desde este informe les voy a relatar cómo se trabaja desde la
infectología con el bioquímico – microbiólogo. Una relación que de entrada me
pareció valiosa y que fui acrecentando tanto que me casé con una.
En sucesivos
capítulos trataremos los temas desde el paciente que nos consulta en la guardia
como en el consultorio. Como ¿qué debo pedirle a un paciente que refiere tos y
fiebre, ictericia y fiebre, manchas y fiebre, fiebre y cefaleas, fiebre y dolor
abdominal, o fiebre y disuria, o fiebre y diarrea?
Al terminar la
anamnesis seguiremos con el examen físico y luego, en nuestra medicina alopática
haremos los pedidos necesarios para que
nos apoyen en nuestro diagnóstico presuntivo, donde no solo están los análisis,
sino también los estudios por imágenes.
El Fin de la Medicina
de la Esperanza
En nuestra
profesión, el laboratorio es un aliado invaluable. Pero, ¿qué pasa cuando lo
usamos sin brújula? La respuesta es que nos perdemos. He visto a muchos
colegas, en su estado de incertidumbre, pedir "todo lo que se me
ocurre", esperando que el diagnóstico aparezca como por arte de magia en
una lista interminable de resultados. Esta, colegas, es la medicina de la
esperanza, y es un error costoso e ineficiente que nos aleja de la medicina de
la verdad.
El laboratorio no
es una bola de cristal.. Si no le hacemos las preguntas correctas, nos dará un
testimonio confuso que nos perderá en un laberinto de resultados. Hablaremos de
un método de pensamiento que te permitirá ser el detective que guía la
búsqueda, y no un adivino que espera un milagro.
El Bioquímico, un
Colega, no un Técnico
El primer paso
para una buena relación con el laboratorio es entender que el bioquímico no es
un técnico que solo lee números. Es un profesional que trabaja a nuestro lado,
y su criterio es tan valioso como el nuestro. La clave es la colaboración.
La Sinergia: el bioquímico
es un socio que, si se le da el contexto adecuado, te puede dar una información
invaluable. No vayas a la farmacia con una orden médica; ve al laboratorio con
un diagnóstico presuntivo, con un historial clínico, con una pregunta.
La Comunicación: La comunicación
es la clave. Si en tu orden médica pones "sospecha de mononucleosis",
el bioquímico sabrá que debe buscar linfocitos atípicos en el frotis de sangre.
Si pones "sospecha de leptospirosis", sabrá que debe tener una mayor
atención al cultivo.
La Medicina, el
Dinero y la Responsabilidad
Como médico
aprendí que la medicina no es solo la ciencia de curar; es también la ciencia
de gestionar recursos. El exceso de análisis no solo es un error clínico; es un
problema de ética y de justicia social.
La Ética del No: Los análisis que
no se piden son tan importantes como los que se piden. Un médico que en una
adenomegalia y fiebre pide colesterol, lípidos o un perfil hepático sin una
justificación clara, está cometiendo un error. No solo es un desperdicio de
recursos, sino que también confunde al paciente y te confundes a vos.
La Lucha: En medicina me
enfrenté a la ley del "yo tengo el derecho". Los pacientes y los
médicos a menudo creen que más análisis es igual a más salud, cuando en
realidad es al revés. La defensa de la medicina de la verdad, del buen uso de
los recursos, es un acto de valentía que te hará un mejor profesional.
La Brújula, no la
Bola de Cristal
El laboratorio no
es una bola de cristal que te dará el diagnóstico. Es una brújula que, si se
usa con sabiduría, te guiará en la búsqueda.
El Método: La medicina de
la verdad se basa en un método: primero, el síndrome (adenomegalias y fiebre);
segundo, el diagnóstico presuntivo (mononucleosis, toxoplasmosis, etc.);
tercero, la brújula (los análisis que confirman o descartan); y cuarto, el
diagnostico.
La Máquina, un
Aliado: Las máquinas son herramientas. Pero la brújula, el método, el
pensamiento crítico... eso, colegas, es un acto humano. La inteligencia
artificial no te va a dar el diagnóstico; el diagnostico lo vas a construir
vos.
El Diagnóstico Microbiológico, el Testimonio de la Sangre
y el Cultivo
Cuando un
paciente se presenta con una infección, nuestra mente se llena de
posibilidades. ¿Es una infección viral? ¿Es una bacteria? ¿Es un hongo? Y, en
ese estado de incertidumbre, la tentación de prescribir un antibiótico de
amplio espectro es enorme. Pero la realidad es que la medicina no es una
lotería de diagnósticos; es un arte de la lógica.
La Obtención de
la Muestra. La Clave de la Verdad
El primer paso
para un diagnóstico preciso es la obtención de la muestra. Una muestra mal
recolectada o contaminada puede llevar a un diagnóstico erróneo y a un
tratamiento innecesario.
La Muestra es un
Testigo: La muestra debe ser representativa de la infección. Si sospechas una
meningitis, la muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) es innegociable.
La Oportunidad: La muestra debe
ser obtenida en el momento óptimo. Si sospechas una fiebre tifoidea, la muestra
de sangre es vital en la primera semana, y la de heces en la tercera.
La Precaución: La muestra debe
ser obtenida antes de que se inicie el tratamiento con antibióticos.
La Lógica del Laboratorio.
La Estrategia de la Búsqueda
Microbiología
Tradicional: El estudio tradicional comienza con la observación en el
microscopio de la muestra. La tinción de Gram es una herramienta que te da
información sobre la morfología, la reacción tintorial y la agrupación de las
bacterias. La segunda etapa es el cultivo, que es el patrón de oro para la
mayoría de las bacterias.
Detección de
Ácidos Nucleicos: La tecnología de PCR es una herramienta que te permite
detectar el ADN o ARN de una bacteria, incluso si no crece en un cultivo. Es
una herramienta valiosa para el diagnóstico de microorganismos que son
difíciles de cultivar, como el Mycoplasma pneumoniae o el Mycobacterium
tuberculosis.
Detección
Indirecta
Serología: En algunas infecciones,
el diagnóstico se hace a través de la detección de anticuerpos en la sangre. La
serología para la detección de anticuerpos IgM (infección reciente) o IgG
(infección pasada) es una herramienta invaluable.
Estudio de
Susceptibilidad: El antibiograma es el mapa para el tratamiento. Te dará
una idea de la sensibilidad de la bacteria a los antibióticos. El médico joven
debe usar el antibiograma con sabiduría, y no usar una bala de cañón para un
problema que se puede resolver con una pistola.
La Prevención y
la Vigilancia
El estudio
microbiológico no solo te da un diagnóstico, sino que también te da información
epidemiológica.
La Vigilancia: El médico joven
debe estar al tanto de los microorganismos que circulan en su zona, y de su
resistencia a los antibióticos. Esta información es clave para elegir la
terapia empírica local más adecuada.
Las Vacunas: La
epidemiología molecular, basada en el análisis del ADN bacteriano, permite
complementar la epidemiología clásica en el análisis de brotes de infecciones.
Y, sobre todo, apoya el diseño y el uso de vacunas en forma dirigida, según los
clones regionales circulantes.
Conclusión: La
Victoria del Guerrero Sabio
Colegas, el
laboratorio no es una fábrica de diagnósticos; es una fábrica de números. Y tu
rol no es el de un adivino, sino el de un detective que, con una buena
historia, un examen físico riguroso y una brújula de pensamiento, sabe cómo
interrogar a ese testigo para que le dé la verdad.
El diagnóstico
microbiológico no es un puzle. Es una alarma que, si se escucha con prudencia,
te dará la pista para un diagnóstico y un tratamiento que salvan vidas. La
clave no es la receta mágica; la clave es el método
La victoria no es
el diagnóstico que se encuentra, sino el diagnóstico que se construye.
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