Fiebre y
Dolor Osteoarticular: Un Acto de Sensibilidad y Lógica
Introducción: La
Historia Oculta en el Hueso y la Articulación
Cuando un
paciente se presenta con dolor en huesos y articulaciones acompañadas de fiebre,
no solo tenemos un cuadro clínico. Tenemos una historia. El dolor
osteoarticular y la fiebre son el lienzo en el que se pinta un padecimiento que
puede ser tan diverso como un germen que invade una articulación, una
enfermedad autoinmune o una neoplasia. El abordaje de este cuadro exige un
método de pensamiento que nos permita usar los análisis no como una lotería,
sino como una confirmación de la historia que el paciente nos está contando.
En este informe,
nos inspiraremos en la vocación que nos mueve para abordar este complejo
cuadro. Hablaremos de una lógica de pensamiento que nos permitirá usar los
análisis de laboratorio y los estudios de imagen para diferenciar entre las
causas infecciosas, reumatológicas y oncológicas, sin perdernos en el camino.
La Primera Mirada
Antes de
cualquier análisis, tu mirada, tu escucha y tu palpación son las herramientas
más poderosas que tienes. El dolor óseo y la fiebre son la firma de un problema
que, en su origen, puede ser muy diverso.
El gold estándar
para el diagnóstico de la infección osteoarticular asienta en el nivel de
sospecha clínica.
Ni las pruebas de
laboratorio ni de imagen son diagnósticas, por lo que es preciso una anamnesis
y una exploración física minuciosa
Laboratorio,
solicitar siempre:
- Hemograma:
ocasionalmente presentan leucocitosis con neutrofilia. En el caso de
osteomielitis, los leucocitos suelen ser normales en el 60% de los casos. El
recuento leucocitario no es un dato fiable, pues puede ser normal en la
infección osteoarticular.
- Bioquímica, que
incluya PCR y VSG. Su elevación es frecuente, aunque inespecífica. La
combinación de ambas incrementa su utilidad inicial, siendo improbable la
existencia de una infección osteoarticular si no se elevan los primeros días.
La VSG se
eleva a partir del 2º o 3º día de infección, y normaliza sus valores pasadas
unas 3 semanas del inicio del tratamiento. Se ha de tener en cuenta que es un
parámetro muy sensible pero poco específico, pues se eleva en fracturas y
enfermedades subyacentes. No es valorable en neonatos, tratamientos crónicos
con corticosteroides y sintomatología de menos de 48 horas de evolución. La PCR
se eleva pasadas 6 horas del inicio de la infección, alcanzando un pico máximo
al 2º día y normalizándose su valor a la semana de inicio de tratamiento
correcto. Es el mejor parámetro para evaluar la respuesta adecuada al
tratamiento. La PCR es útil para saber la respuesta al tratamiento, pues tiene
un descenso rápido en 48-72 horas si la evolución es favorable. La VSG no es
útil para monitorizar la respuesta a corto plazo, pues se mantiene elevada bastantes
días, aunque la evolución sea favorable.
- Hemocultivo:
debe recogerse siempre para intentar la identificación del microorganismo responsable,
aunque su rentabilidad es < 50%. La técnica de reacción en cadena de
polimerasa (PCR) permite identificar patógenos difíciles de cultivar y es útil
en la diferenciación temprana entre Staphylococcus Aureus meticilino sensible y
MRSA Staphylococcus Aureus meticilino resistente. En un paciente con sospecha
de una infección sistémica, el hemocultivo es vital para identificar el germen.
Su rendimiento es del 75% en artritis séptica, pero menor en osteomielitis.
• Tomas de
muestras para cultivo de posibles lesiones extraarticulares cuando existan
lesiones cutáneas, garganta, etc
La artrocentesis
Consiste en la
aspiración mediante punción articular del líquido sinovial. Está indicada en
toda mono o poliartritis sin filiar, y es muy aconsejable su realización en la
urgencia hospitalaria con dos fines: mitigar el dolor y orientar el
diagnóstico. Deben estudiarse los siguientes aspectos:
• Características
macroscópicas: volumen, color, transparencia y viscosidad.
• Estudio
microscópico: recuento celular (hematíes y leucocitos por mm3 que contiene el
líquido sinovial estudiado), estudio citológico (porcentaje de leucocitos
polimorfonucleares y mononucleares, células LE y células de Reiter) y examen en
fresco para estudio de cristales.
• Bioquímica:
glucosa, proteínas y ácido láctico.
• Inmunología:
factor reumatoide, complemento, inmunoglobulinas
•Microbiología:
tinciones y cultivos orientados a la identificación de microorganismos. El
líquido sinovial obtenido por punción se ha de enviar a laboratorio para
recuento celular y gram. Podemos así distinguir una artritis séptica aguda de
otras causas de artritis
Aporta un
diagnóstico de certeza y la posibilidad de instaurar tratamiento antibiótico
específico. El momento de obtención y la elección de la zona de toma son críticos.
A pesar de esto debemos realizar todos los esfuerzos para obtener un cultivo
específico antes de comenzar con la terapia antibiótica. Los cultivos de
lesiones superficiales y tractos fistulosos no son fiables, y habitualmente
aparecen contaminados de estafilococos coagulasa (+) y resultan ser
polimicrobianos. La muestra preferida en la mayoría de las infecciones
bacterianas es el aspirado de material purulento en profundidad o de líquido
sinovial. También se puede utilizar una biopsia en profundidad o de líquido
sinovial. También se puede utilizar una biopsia en profundidad. En determinadas
infecciones fúngicas es preferible la biopsia de los bordes de la herida.
Se deben enviar
muestras en cultivo para aerobios y anaerobios y realizar la toma con jeringa
libre de aire (para evitar la contaminación de bacterias presentes en el aire).
La realización de
una tinción de gram inicialmente permite instaurar tratamiento empírico,
conociendo la morfología y gram del microorganismo.
Cuando se aísla
el germen se puede determinar su sensibilidad a diferentes antibióticos y así
pautar tratamiento antibiótico específico
Osteomielitis
Aguda
Etiología: S. aureus
es el germen más común en todas las edades (50-80%).
Estreptococo B
(en recién nacido). Neumococo. Haemophilus influenzae (entre
los 6 meses y los 4 años). Bacilos enterógenos (E. Coli y Salmonellas en A. Falciforme). Pseudomonas en ADVP. Fúngicas en pacientes crónicos con tratamientos intravenoso de larga duración.
Osteomielitis
Crónica
Puede aparecer
tanto por evolución a la cronicidad de una osteomioelitis aguda como
postraumáticas y postquirúrgicas, formas típicas del adulto.
El germen que se
encuentra con más frecuencia es el S.Aureus.
Recientemente se
ha incrementado la frecuencia de infecciones óseas crónicas por gram (-) (P.
aeruginosa, proteus….) y anaerobios.
Clínica:
Se caracteriza
por la alternancia de brotes agudos con periodos de remisión clínica. Durante
las reagudizaciones aparece dolor, tumefacción, eritema y fístulas activas. La
VSG sólo se encuentra elevada durante las fases de reagudización, al igual que
la leucocitosis con neutrofilia.
Radiología:
Los signos
fundamentales de la osteomielitis crónica son la osteocondensación, el engrosamiento
cortical (principalmente a nivel metafisario) y la presencia de secuestros.
La Senda del
Diagnóstico
El diagnostico no
es una adivinanza. Es una conversación entre lo que el paciente nos dice y lo
que los análisis nos confirman.
Si la sospecha es
de Artritis Séptica: La punción articular y el análisis del líquido
sinovial son el acto de confirmación. El recuento celular, la tinción de Gram y
el cultivo con antibiograma nos darán un diagnóstico certero. La mayoría de las
artritis sépticas son causadas por Staphylococcus aureus, y las
monoarticulares son en su mayoría no gonocócicas.
Si la sospecha es
de Osteomielitis: La radiografía es el primer examen, que nos mostrará
una lesión o una destrucción. Si la radiografía es inconclusa, la resonancia
magnética (RM) es el examen de elección. El juicio final es la biopsia ósea, el
único método para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento.
Si la sospecha es
de una Enfermedad Reumatológica: Los marcadores de autoinmunidad, como
el factor reumatoide y los anticuerpos antinucleares (ANA), son una pista. Un
aumento del ácido úrico nos orientará a una gota.
Si la sospecha es
de una Enfermedad Sistémica: Las serologías son una herramienta útil. Si
el paciente tiene un antecedente de picadura de garrapata, la serología para la
enfermedad de Lyme es vital. Si tiene un viaje reciente, la serología para
dengue, chikunguña o zika es clave.
La Visión del
Cuidado. Las Imágenes como Confirmación
El laboratorio te
da la pista. Las imágenes te dan la visión. La ecografía articular, la
radiografía, la tomografía y la resonancia magnética son herramientas que nos
permiten tener una visión del problema. Pero, como en toda práctica, la
decisión de usarlas debe ser con prudencia y con un objetivo claro.
Los signos
radiológicos son tardíos con respecto a la clínica, apreciándose
destrucción ósea pasados 10-12 días del inicio de los síntomas (se precisa
destrucción del 30 a 50% de la matriz ósea para que aparezca una lesión lítica
en la radiografía convencional). Al principio sólo muestran tumefacción de partes
blandas, ensanchamiento articular o discreta osteoporosis metafisaria.
La tomografía
axial computarizada ayuda a evaluar la extensión de la afectación
intramedular.
La colección
purulenta intramedular desplaza a la médula ósea, apreciándose como una zona
hiperdensa en la TAC.
También se puede
visualizar gas intramedular, osteoporosis de la zona afectada y la presencia de
un absceso subperióstico.
La gammagrafía
da una imagen más fisiológica que anatómica del proceso. Las otras pruebas de imagen
muestran las consecuencias anatómicas de la infección, pero no detectan el
proceso inflamatorio en sí. La gammagrafía con pirofosfato de tecnecio 99m
produce hipercaptación en el 90 a 95% de los casos tras 24-48 horas del
comienzo.
Detecta
básicamente actividad osteoblástica, por lo que resulta positiva en
osteomielitis, enfermedades articulares degenerativas, tumores, traumatismos y
cambios postquirúrgicos. La gammagrafía con galio y leucocitos marcados con
indio-111 ayudan al diagnóstico cuando se combinan con la gammagrafía con
tc99m, ya que son menos sensibles pero más específicas, confirmando que la hipercaptación
con tc99m se debe a un proceso infeccioso. La gammagrafía también sirve para
controlar la evolución del proceso y la utilidad terapéutica.
La resonancia
magnética detecta cambios intramedulares mucho antes que la radiografía
convencional. Aun así, los cambios iniciales detectados por la RMN son inespecíficos,
provocados por cualquier proceso que curse con edema e hiperemia (tumores, enfermedades
inflamatorias y fracturas). Es considerada de elección para valorar la osteomielitis
a nivel vertebral.
Conclusión:
Colegas, el dolor
osteoarticular y la fiebre son un lienzo en blanco. Y tu rol no es el de un
técnico que lee números, sino el de un artista que, con su intuición, su
conocimiento y su sensibilidad, es capaz de pintar el diagnóstico y el
tratamiento adecuado. El médico que entienda esto, sabrá que la victoria no es
el diagnóstico que se encuentra, sino el diagnóstico que se construye con amor
y con paciencia.
Te recomiendo ver otra entrada del blog con el tema Infecciones Osteoarticulares Asociadas a Prótesis Articulares del 26 de julio de 2025
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