Fiebres Entéricas

 

Fiebres Entéricas: Un Viaje Histórico al Diagnóstico Diferencial

 


Introducción: El Olvido de un Enemigo que Vuelve a Resurgir


 

En la medicina, hay nombres de enfermedades que suenan a historia, a libros de texto de otra época. Tifus, Fiebre Tifoidea, Salmonelosis... son nombres que nos confunden, que nos hacen dudar, que nos hacen pensar que el diagnóstico es un misterio. Pero la realidad es que estas enfermedades no son un fantasma del pasado; son una amenaza que, con el aumento de los viajes y la falta de saneamiento, vuelve a resurgir.

 

En este informe, desentrañaremos la diferencia entre estas enfermedades, para que ustedes, como médicos jóvenes, se sientan más preparados para enfrentarlas. Hablaremos de los bichos, de los síntomas, del diagnóstico y del tratamiento, para que, cuando un paciente llegue con fiebre, no te quedes en el diagnóstico fácil.

 

 

La Biología de los Enemigos y su Modo de Contagio

El primer paso para un buen diagnóstico es conocer al enemigo:

 

Tifus: El tifus es una enfermedad causada por una bacteria llamada Rickettsia, que se transmite a través de piojos, pulgas o garrapatas. El tifus no es una sola enfermedad, sino un grupo de enfermedades con síntomas que se confunden con los de la gripe.

 

Fiebre Tifoidea: La fiebre tifoidea es una enfermedad causada por una bacteria llamada Salmonella typhi, que se transmite por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Es una enfermedad que causa una fiebre alta, dolor de cabeza, dolor muscular y una diarrea que puede ser fatal.

 

Salmonelosis: La salmonelosis es una infección del intestino causada por otras especies de Salmonella. A menudo se confunde con una gastroenteritis viral.

 

Micrografía electrónica de barrido con color mejorado que muestra Salmonella Typhimurium (rojo) invadiendo células humanas cultivadas. Crédito: Rocky Mountain Laboratories, NIAID, NIH. Todas las imágenes, excepto las especificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), son de dominio público. Las imágenes de dominio público no tienen derechos de autor, no requieren permiso y son gratuitas.

Las Pistas y el Diagnóstico

El diagnóstico de estas enfermedades no se basa solo en el examen físico. Se necesita un interrogatorio sobre el historial del paciente (¿hay viajes? ¿hay contacto con animales? ¿hay falta de higiene en la manipulación de alimentos?).

 

Tifus: El diagnóstico es clínico y, sobre todo, epidemiológico. Si un paciente tiene fiebre alta y tiene una historia de contacto con piojos, pulgas o garrapatas, el tifus debe ser tu primera opción. La serología es el método de elección para la confirmación.

 

"El tifus se transmite por piojos... reporte los piojos de inmediato, use polvo antipiojos." [DDT] ; Segunda Guerra Mundial. Archivo Histórico Otis del “Museo Nacional de Salud y Medicina” (Archivo OTIS 1) Dominio público

Fiebre Tifoidea: El diagnóstico es clínico y, sobre todo, microbiológico. Si un paciente tiene una fiebre alta que persiste por más de una semana, y tiene una historia de contacto con agua o alimentos contaminados, la fiebre tifoidea debe ser tu primera opción. El hemocultivo es la prueba de elección para la confirmación.

 

Salmonelosis: El diagnóstico es microbiológico. Si un paciente tiene diarrea, el coprocultivo es la prueba de elección para la confirmación.

 

Bacterias de Salmonella que crecen en agar XLD. Usuario:Graham Beards

La Lucha y la Sanación

El tratamiento de estas enfermedades es con antibióticos. Pero la elección del antibiótico es tan importante como el diagnóstico.

 

Tifus: El tratamiento es con doxiciclina, un antibiótico que se usa para las rickettsias. La duración del tratamiento es de 7 a 10 días.

 

Fiebre Tifoidea: El tratamiento es con antibióticos de amplio espectro, como las quinolonas o las cefalosporinas de tercera generación (Ceftriaxona). El tratamiento es por vía oral o intravenosa, por 14 días.

 

Salmonelosis: El tratamiento es sintomático, con hidratación y reposo. En la mayoría de los casos, no se necesitan antibióticos.

 

Conclusión: La Victoria de la Vigilancia

Colegas, la lección es clara. En la medicina, la victoria no es solo curar, sino también prevenir un daño innecesario. La clave no es el veneno, sino la fisiología del veneno. El médico joven que entienda esto, sabrá que en la medicina, la victoria no es solo curar; es también prevenir un daño innecesario.

 

 

 

 

 

 

 

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