Helicobacter Pylori: El Enigma del Estómago y la Batalla que No es de Infectólogos
Una guía para el
médico joven que busca la verdad detrás de una bacteria que genera más
preguntas que respuestas
Por Gustavo
Smilasky: quien sabe que no toda bacteria es un enemigo, y que no todo
tratamiento es una victoria
Introducción: ¿Un
Asesino Oculto o un Inquilino Inofensivo?
Estimados colegas
jóvenes, guardianes de la calma en la vorágine de la consulta:
Hay bacterias que
son villanos de nacimiento, pero el Helicobacter pylori es un enigma.
Por años, fue el fantasma que se escondía detrás de las úlceras, la gastritis
y, en los peores casos, el cáncer de estómago. La medicina, en su afán por
encontrar una causa única para una enfermedad, lo convirtió en el villano de la
historia. Y el tratamiento, una combinación de pastillas por un mes, se
convirtió en una guerra total contra un enemigo que, a menudo, no sabemos si
está causando un problema.
La pregunta de si
el Helicobacter es una enfermedad o un invento, es el corazón de una discusión
que muchos infectólogos y gastroenterólogos evitan. Es un tema que genera más
preguntas que respuestas, y en este informe, vamos a desentrañar este enigma
para que ustedes, como médicos jóvenes, se sientan más preparados para
enfrentarlo.
La Bacteria y Su Vida Oculta
Características
Microbiológicas: El Helicobacter pylori es un bacilo Gram-negativo con
forma de espiral. La clave de su supervivencia es su capacidad para producir
ureasa, una enzima que crea un microambiente alcalino a su alrededor, lo que le
permite sobrevivir en el ambiente ácido del estómago.
Transmisión: El
Helicobacter se transmite principalmente por vía oral-oral o fecal-oral. Se lo
encuentra en más de la mitad de la población mundial, y en nuestra región, la
prevalencia es aún mayor.
¿Un Patógeno o un
Inquilino?
Y aquí el gran
dilema. El Helicobacter pylori no siempre causa enfermedad. A menudo,
vive en el estómago como un inquilino más de la microbiota, sin causar
síntomas. En un porcentaje muy bajo de casos, puede causar una inflamación
crónica que, con el tiempo, lleva a una úlcera o a un cáncer.
El Diagnóstico y
el Dilema del Tratamiento
Diagnóstico: El
diagnóstico se hace con un test de aliento o con una biopsia gástrica durante
una endoscopia.
Demostración de la prueba rápida de Helicobacter pylori
El Dilema del
Tratamiento: El tratamiento del Helicobacter es un "cóctel" de
antibióticos y de un inhibidor de la bomba de protones, que se toma por un mes.
La eficacia del tratamiento es alta, pero los efectos adversos (diarrea,
náuseas) son frecuentes.
La Batalla que No
es Solo de Infectólogos
Y aquí el gran
problema. Los gastroenterólogos, en su afán por erradicar al enemigo, a menudo
lo tratan sin consultar con un infectólogo. Pero, la batalla contra el
Helicobacter no es una guerra sin cuartel.
La Precisión es
la Clave: El tratamiento debe ser preciso. Si el paciente no tiene síntomas, y
el diagnóstico no es de una úlcera o de un cáncer, la erradicación del
Helicobacter puede no ser necesaria.
El Daño
Colateral: El uso de antibióticos por un mes destruye la flora intestinal, lo
que puede llevar a una serie de problemas, como una infección por
Clostridioides difficile.
El Sentido de la
Colaboración: El gastroenterólogo, en su afán por erradicar al enemigo, a
menudo olvida que el infectólogo es el que sabe de antibióticos, de resistencia
y de efectos adversos. La colaboración, en este caso, no es una opción; es una
necesidad.
Helicobacter Pylori: El Dilema de la Curación y la Recaída
¿Cómo se
Demuestra que el Tratamiento Falló?
Un médico que repite
el tratamiento sin un diagnóstico de confirmación está cometiendo un error. La
persistencia de los síntomas, aunque es una señal de alarma, no es prueba de
que el tratamiento haya fallado. El paciente puede tener otra patología, como
una gastritis por estrés, un reflujo gastroesofágico o un síndrome de colon
irritable.
La única forma de
demostrar que el tratamiento falló es con una prueba de confirmación de
erradicación.
Test de aliento
con urea marcada con carbono-13 (C13): Esta es la prueba más confiable y
no invasiva. El paciente ingiere una pastilla con urea marcada. Si el
Helicobacter está en el estómago, la bacteria produce una enzima (ureasa) que
descompone la urea, liberando el carbono-13 en forma de dióxido de carbono. El
paciente exhala el gas, y si la cantidad de carbono-13 en el aire exhalado es
alta, el test es positivo. Se debe realizar al menos 4 semanas después de
finalizado el tratamiento antibiótico y al menos 2 semanas después de suspender
los inhibidores de la bomba de protones (IBP).
Endoscopia con
biopsia: Es el método más invasivo, pero también el más preciso. Se toman
muestras de tejido del estómago para un test rápido de ureasa, una histología o
un cultivo. Este método es útil en pacientes con síntomas que no mejoran y en
los que se sospecha una patología más grave.
¿Qué es el Test
de Aliento?
El test de
aliento es una prueba de laboratorio que utiliza la espectrometría de masas
para medir la cantidad de carbono-13 en el aire exhalado. Es una prueba muy
precisa y confiable que nos da una respuesta objetiva y no invasiva.
La Recaída o la
Persistencia: El Dilema de la Clínica
La persistencia
de los síntomas puede ser por dos razones:
La recaída: El
tratamiento fracasó, y la bacteria sigue viva en el estómago.
Otra patología: El
Helicobacter no era la causa principal de los síntomas.
El médico joven
que se enfrenta a este dilema debe ser un detective. No debe repetir el
tratamiento de forma automática, sino que debe buscar la causa real de los
síntomas y asegurarse de que el Helicobacter sea el culpable.
La Resistencia:
Un Nuevo Enemigo
La resistencia a
los antibióticos es un problema creciente en el tratamiento del Helicobacter.
Si la primera ronda de tratamiento falla, la resistencia es una de las
principales causas.
El médico joven
que entienda esto, sabrá que el tratamiento no se puede repetir de forma
indiscriminada. Se debe realizar un test para la detección de la resistencia
del Helicobacter a los antibióticos, y el tratamiento debe ser ajustado en
consecuencia.
Conclusión: La Victoria del Guerrero Sabio
Colegas, el Helicobacter
pylori es un recordatorio de que la medicina no es solo la batalla contra
lo que sabemos. Es también la vigilancia de lo que no. El médico joven que
entienda que el Helicobacter no siempre es un enemigo, que el tratamiento no
siempre es la mejor opción, será el que se atreva a pensar más allá de los
diagnósticos comunes y a encontrar un patógeno que se esconde en la sombra.
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